domingo, 29 de junio de 2008

CHITA

Parece ser que la mona Chita, la inseparable compañera de Tarzán, vive en Palm Springs y ha cumplido o va a cumplir setenta y seis años y le van a poner una estrella en el paseo de la fama. El libro Guinness lo considera el chimpancé más viejo del mundo. ¿Qué sabrán estos, que pasa que se han recorrido todo el continente africano para averiguar la edad de los todos los monos? Chita fuma, bebe cerveza (dejó el whisky por prescripción médica), se dedica a ver la televisión y a pintar cuadros, que se venden a través de internet. Que queréis que os diga, si es que todas estas estrellas de Hollywood hacen lo mismo. Ya se sabe: mucho dinero, mucho tiempo de ocio, mucho vicio… Su amigo Johnny Weissmuller parece ser que acabó sus días en un manicomio creyéndose Tarzán y dando berridos por los pasillos igual que lo hacía cuando saltaba, en aquel cine en blanco y negro los domingos por la tarde, de liana en liana en una selva impenetrable y mágica. El antiguo campeón olímpico vivió toda su vida mediatizado por el mito del hombre de la selva, que imaginara E. R. Burroughs y al que, el cine no le fue muy fiel. Murió en Acapulco y, a su entierro, no faltó la mona Chita. Tampoco faltó el grito, que sonó en un momento de la ceremonia por expreso deseo del finado en sus últimas voluntades.
Supongo que esto solo nos pasa a los niños de pueblo, bueno en mi caso sería más correcto decir de campo, pero yo me acuerdo, perfectamente, de cual fue la primera película que vi. Fue, lógicamente, cuando me trajeron a Barcelona y fue Tarzán en Nueva York. De ahí devinieron, aparte de una extraordinaria impresión por el fenómeno del cine, me refiero a poder ver imágenes en una pantalla, varias obsesiones: Nueva York, el puente de Brooklyn, África, la american way of life que representaban de forma tan peculiar la, también peculiar, familia que encarnaban: Tarzán, Jane, Boy y Chita.
Creo que Mauren O`Sullivan, Jane, fue mi primer amor de verdad; de esos que te hacen daño cuando lo piensas y, Tarzán, el único héroe infantil que nos va quedando.

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