domingo, 21 de septiembre de 2008

DEL CRASH A LA EUFORIA

Aquel tipo caminaba por la abarrotada acera de Walt street, era un día frio de otoño de 1929. Llevaba las manos en los bolsillos, la cabeza agachada y el rostro marcado por una honda preocupación. Iba andando despacio en dirección al puente de Brooklyn. Tres cuartos de hora más tarde, un amigo suyo que lo había visto marchar, lo vio regresar.
-¿Qué, ya estas de vuelta?
-Pues sí, ya estoy aquí otra vez.
-Un paseíto para soportar los malos momento, ¿no?
-No. He ido al puente de Brooklyn para tirarme, estoy absolutamente arruinado.
-Ya, son tiempos muy malos. ¿Y te has arrepentido en el último momento?
-No, que va, no. Es que no he podido saltar porque había cola de gente queriendo matarse y me he dado la vuelta.
Esta anécdota, que no sé donde la he leído, siempre me ha gustado porque refleja un aspecto casi cómico de un hecho absolutamente trágico.
Leí, hace años, el libro “El crash del 29” de John Kenneth Galbraith. Analiza, el profesor de economía de Cambridge, los hechos que precedieron a la gran depresión de los años 30. Explica como el boom inmobiliario de Florida y el espejismo por el dinero fácil, provocaron aquel desastre. ¿Os suena de algo todo esto? El libro es una autentica delicia que se lee como una novela y, francamente, no puede estar más de actualidad. Os lo recomiendo.
Aunque lo de ahora, me parece a mí, es mucho más complicado. Está todo más enrevesado y a los golfos de siempre, los que han existido en todas las épocas, se le suman unos reguladores que están ciegos y un complejísimo entramado de derivados que no deben entender ni los emisores ni, por supuesto, los compradores. Un ejemplo claro son los Bonos Hipotecarios. Y es que me da la sensación que nadie sabe ni cuantos se han emitido, ni quien los tiene, ni nada de nada, bueno… en lo que todos están de acuerdo es que, hoy, no valen nada, y ese es el problema. Leo en el suplemento Negocios del diario El País, que en los bares de Wall Street la frase que más se escucha es:
-¡¡Qué se jodan!!
Por cierto, he leído estos días un artículo que expone, aplicando La Teoría del Caos, cómo por culpa de un ataque de asma en los años ochenta, se ha desatado la crisis actual. Prometo explicároslo.
Ahora bien, de la debacle se ha pasado al paraíso en unas pocas horas. El viernes fue uno de los mejores días que ha vivido la bolsa en toda su historia la americana, la española y prácticamente la de todo el mundo. Sería conveniente no olvidar que el dinero que en este momento está moviendo esos mercados, llenos de especuladores, es dinero público y, por lo tanto, de todos los contribuyentes. Es decir socializamos las perdidas y nos embolsamos las ganancias.
En cuanto a lo que pasa en España; yo ya no doy crédito al enjambre de idioteces que se oyen en los últimos días, por ejemplo: lo que ha dicho el presidente de la CEOE, el señor Gerardo Díaz, que ha pedido que se suspenda momentáneamente el libre mercado para que, Papá Estado, se ocupe de solucionar las deudas y los problemas de la mala gestión de muchos de los zánganos y ladrones que están al frente de nuestras empresas. Lo pasmoso de todo esto es que, este señor, seguirá en su cargo tranquilamente sin ningún problema.
¿Nos hemos vuelto todos locos?

Fotos: www.fotolog.com/leocoyote1

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