sábado, 6 de septiembre de 2008

SERPIENTES DE VERANO

Siempre es curioso comprobar cómo las frases que mejor definen nuestro carácter no las escribimos ni las decimos nosotros mismos. Una de las que creo que se ajusta mucho a mí forma de ver las cosas, es la escrita por Anne Cumming en su libro El hábito del amor. “Solo estoy interesado en los aspectos positivos de la vida”. Por eso, de este verano no demasiado bueno, me quedo con dos noticias que me han tenido entretenido, divertido y a veces fascinado.
Una es la posibilidad de que la duquesa de Alba, una señora de ochenta y algún año, se quiera casar con un “pimpollo” de cincuenta y siete con aspecto de pijo trasnochado. El hecho de que se casen me parece muy bien, como no podía ser de otra manera, pero lo que me ha dejado perplejo es el tratamiento que la prensa del corazón a hecho del tema. Entre el maremágnum de comentarios de todo tipo desde el nombre justo de la profesión del individuo, para unos anticuario para otros chamarilero (al final resulta que es funcionario de la seguridad social), hasta sus, exactas, tendencias sexuales me han tenido en un sin vivir. Pero ya en el colmo del esperpento, la afirmación de que, la señora en cuestión, haya desistido de su propósito por la intervención del Rey de España me parece que supera todo lo aceptable. Y francamente, por el bien de la monarquía, espero que D. Juan Carlos de Borbón, Rey de España, haya tenido el buen tino de no meterse en la casa de nadie a arreglar sus asuntos maritales porque, si eso ha sucedido, habrá que promover la república de forma inmediata.
La segunda noticia es la del gastrónomo suizo Pascal Henry, que tuvo a bien desaparecer después de una opípara cena en el restaurante El Bulli; sacrosanta catedral del comer más cool, cosmopolita y sofisticado. Esto no hubiera merecido ningún comentario si no fuera porque el individuo en cuestión se marchó sin pagar y eso disparó todas las alarmas y es que, supongo, que del restaurante de Ferran Adrià y Juli Soler nadie se va sin abonar la cuenta. Esas cosas solo pasan en las casas de comidas en las que el menú cuesta doce euros y en los bares de barrio. La historia del tipo este me parece fascinante desde cualquier punto de vista. Se propone hacer un recorrido por todos los restaurantes del mundo que hayan conseguido la calificación de tres estrellas de la guía Michelin, comiendo o cenando cada día en uno; lo cual ya me parece una proeza imposible si tenemos en cuenta la dificultad que representa conseguir mesas en la mayoría de estos restaurantes (la mano mágica del gran Paul Bocuse en forma faxes a los distintos establecimientos parece ser que facilitó esto), las distancias geográficas, la resistencia del cuerpo humano a tamaña ingesta y, por supuesto, el coste económico que debe ser altísimo máxime si tenemos en cuenta que el Sr. Henry se gana la vida trabajando de mensajero, con una moto. Aunque el gastrónomo, cuando desapareció, ya había recorrido cuarenta restaurantes de los sesenta y ocho que tenía previstos. Con lo cual la hazaña ya es importante. Días más tarde, una cámara de seguridad de una agencia bancaria descubrió a Pascal sacando dinero en su ciudad, supongo que para gastárselo en alguna extraordinaria comida. Esto se solucionó la desaparición aunque no los motivos.
La historia no tiene desperdicio y en ella han intervenido la interpol, los Mossos de Escuadra, los grandes chefs del mundo, una editorial que quería publicar el libro con las experiencias gastronómicas del suizo, algunos blogueros y muchos periodistas que han tenido tema durante muchos días. A una de esas periodistas, especialista en temas gastronómicos, la he escuchado esta semana en la radio, comentando el tema Henry y a la pregunta del locutor: “¿Qué es un gastrónomo?” ella respondió, entre risas: “Nada, eso no es nada”.
Lamento decirle a esa señora, de la que no recuerdo el nombre, que no es cierto. Un gastrónomo es un señor que estudia la ciencia de la gastronomía que relaciona la cultura con los alimentos y visto de otra manera también podría ser: un sibarita, un comilón, un bon vivant… Gastrónomos fueron Néstor Lujan y Álvaro Cunqueiro para poner un ejemplo y, por supuesto y sin ninguna duda, el señor Pascal Henry también lo es.
Otro aspecto positivo de este verano es comprobar como Los Poble Sec Boys muestran su vigor en las playas del Caribe. Este es Rafa liquidando la producción de ron añejo de Méjico. Ver foto: www.fotolog.com/leocoyote1

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